jueves, 7 de mayo de 2020

Artículo 21. La ITE desfavorable


Publicado en www.certicalia.com el 15/1/2016

En primer lugar, quiero recalcar que la Inspección Técnica de edificios es un instrumento para SALVAR VIDAS. Como lo leen. Y esto no lo digo yo, sino los mejores de los mejores especialistas que he tenido el placer de conocer en mi periplo profesional. Quizá por ello, se trata del trabajo que más me apasiona, porque exige toda la concentración del técnico y aúna labores de investigación, conocimiento previo, experiencia, intuición, relaciones públicas y mediación. ¿Y por qué la ITE salva vidas? Porque un buen diagnóstico del edificio puede detectar una patología no evidente – y no visible - que sea de extrema gravedad y que obligue a evacuar un inmueble que termina colapsando horas después. 

En Cataluña, con la reciente normativa sobre la Inspección Técnica de Edificios, las deficiencias de los inmuebles son ahora clasificadas como: leves, importantes, graves y muy graves. Las deficiencias graves y muy graves no permiten al edificio obtener el Certificado de Aptitud, y el arquitecto, con todo el tacto del que es capaz, debe no solamente proponer medidas de corrección (cautelares o urgentes, según la gravedad de las patologías), y explicarlas exhaustivamente en el informe resultante de la inspección desfavorable, sino intentar transmitirlas oralmente a los vecinos y demás partes implicadas como gestores de fincas.

Pero esta comunicación jamás debería coger a las partes implicadas por sorpresa. Durante la visita, nuestro ojo clínico ya puede empezar a intuir que algo no va bien si algo no va bien, y nuestra obligación como técnicos es actuar también como comunicadores y transmitir nuestras inquietudes al presidente de la comunidad o al administrador de fincas. Muchos vecinos no quieren oír hablar de que “su edificio tiene alguna deficiencia” y cierran los ojos ante la realidad, como si quisiesen correr un tupido manto sobre la herida y hacer como si ésta no existiese. Y no digamos si se da el caso (bastante habitual) de que algún inmueble del bloque esté a la venta o alquiler, y gracias a un informe desfavorable los compradores huyan en masa. En este último caso, no está de más recordar que ocultar vicios a compradores o arrendadores está penado por la ley, y moralmente es del todo injustificable.

Por tanto, como técnicos, jamás deberemos ceder a las presiones de agentes externos a nuestra labor para quitar hierro a las lesiones que observemos. Tenemos siempre que ser objetivos, analíticos e imperturbables en nuestros diagnósticos. La Inspección Técnica de Edificios no se limita solamente al informe, sino a la descripción de las medidas de reparación, cautelares y de urgencia. En estos últimos casos, tenemos la libertad sobrada de ordenar al organismo competente la evacuación del edificio. No estamos realizando trabajos para quedar bien con todo el mundo, sino para SALVAR VIDAS. Además, en nuestra vida profesional – ni personal – jamás vamos a poder quedar bien con todos, y ni siquiera es deseable. Así que hay que pensar menos en las consecuencias negativas de las ITEs desfavorables y más en las positivas, que las superan muy mucho. Un ejemplo comparable es una detección a tiempo de un cáncer, que salva la vida al paciente. Sobran las palabras.

Por último, sea cual sea la deficiencia que hemos hallado en el inmueble peritado, es muy deseable ofrecer soluciones para la reparación de las mismas. No se trata de realizar un proyecto de restauración completo (eso iría en un trabajo aparte, y nos podemos ofrecer para ello), sino de ofrecer métodos para solventar las deficiencias y explicarlos a todas las partes implicadas. Una ITE negativa no es una jugarreta del destino, sino una oportunidad para SALVAR VIDAS y mejorar radicalmente las prestaciones de los inmuebles.

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