domingo, 27 de diciembre de 2015

ARTÍCULO 21. Cómo obtener la referencia catastral de una vivienda

En primer lugar, la información que comparto con vosotros en este post va encaminada a la comunidad autónoma de Cataluña (donde ejerzo principalmente), aunque las conclusiones del mismo podrían ser extrapolables a otras regiones de España.
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La referencia catastral suele aparecer en un recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). También se halla especificada en una buena parte de las escrituras de compraventa, y en algunas cédulas de habitabilidad, sobre todo las modernas. No obstante, siempre viene bien recordar que existe un registro en la Sede Electrónica del Catastro…
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…que se debe siempre consultar para contrarrestar el código que obtengamos de las fuentes físicas anteriores. En los centenares de visitas que he realizado, he podido constatar que este contraste de datos de fuentes distintas es más que pertinente, ya que en algunos casos, suele haber divergencias que pueden dificultar algunos trámites, en especial el de las cédulas de habitabilidad. Por tanto, cada vez que recibamos un encargo de certificación energética, cédula de habitabilidad o incluso ITE conviene pedir de antemano al propietario que nos tenga preparado un recibo del IBI y una copia simple de la escritura, aparte de una eventual cédula de habitabilidad vigente o caducada. Si todos los dígitos coinciden (los veinte), ningún problema. Ahora bien – como me ha pasado en varias ocasiones -, si la referencia catastral de la Sede Electrónica difiere de la que nos ofrece la documentación aportada por el propietario, entonces yo me rijo por la regla de que gana la mayoría, con especial énfasis en los datos de la escritura y la cédula de habitabilidad. Dicho de otra manera, un error en la Sede Electrónica del Catastro es más probable que uno notarial.
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Si al ir a tramitar un documento (sobre todo de cédulas de habitabilidad), nos llega un requerimiento por discrepancia de datos catastrales, no queda otra que tramitar un expediente paralelo (en Cataluña se realiza mediante una “petición genérica”) y aportar pruebas de que nuestra referencia catastral es la correcta, ya sea mediante copia escaneada de la página de la escritura, como de la cédula de habitabilidad caducada, el IBI…
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También puede darse de que el propietario nos dé la dirección de su inmueble, consultemos la referencia catastral mediante la Sede Electrónica y no aparezcan resultados. Antes de tirarse de los pelos, intentemos sondear si la casa hace esquina o trasera con otra calle. Más de una vez la vivienda tiene una dirección a efectos administrativos, y otra, a efectos de correspondencia.

Por último, unos consejos útiles:

- Mucho cuidado con confundir los ceros con las “O”s. Ayuda saber que los veinte dígitos de la referencia catastral de una finca se distribuyen así, siendo la L una letra, y la N, un número: NNNNNNNLLNNNNLNNNNLL

- Los cuatro últimos dígitos de la referencia catastral corresponden a una unidad habitacional o local. Los otros dieciséis, son denominador común en todo el edificio.

- A la hora de examinar los resguardos del IBI, recordad que en muchos aparece la referencia catastral en dos líneas, de manera antinatural. No asustarse si vemos solamente dieciocho dígitos, seguramente los dos restantes aparecerán en el otro confín del documento, una línea más abajo.

ARTÍCULO 20. Cómo afectan los cerramientos a la certificación energética

En un artículo anterior apunté lo importante que era la inspección visual para suplir la falta de información gráfica o escrita sobre el inmueble visitado. Y un buen porcentaje de la calificación energética que da el programa CE3X proviene de la composición de los cerramientos, así como de la naturaleza de las instalaciones. Centrémonos en los primeros.
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Me imagino que a estas alturas, todos conoceremos la historia constructiva de la arquitectura para intuir y dilucidar con solamente un vistazo al edificio cuáles son los materiales que componen las fachadas. Y – evidentemente – también hablo del relleno del sandwitch, que casi nunca se ve, salvo desconchones puntuales, cajas de persianas manipulables con la venia del propietario, o registros de instalaciones mal acabados. Como ya comenté en otra ocasión, ese ABC constructivo es el mínimo que se le supone a todo profesional de la arquitectura. Pero vayamos más allá.
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Supongamos que visitamos un inmueble con una galería, ese delicioso espacio acristalado ideal para gozar de un microclima cálido en las frías mañanas de invierno. Sin necesidad de preguntar – solamente observando -, averiguamos que el cerramiento de la terraza fue posterior a la obra inicial, caso típico en muchas viviendas del Ensanche barcelonés. Recordamos que nosotros debemos certificar lo que vemos en la actualidad, y así hacemos constar que la superficie útil del piso incluye la galería, aunque el dato no coincida con el de una tasación anterior al cerramiento de aluminio del antiguo balcón. Observamos también que la fachada original de 30 cm de grueso y sus ventanas quedan ahora cubiertas, sin esa función protectora, y consideramos como fachada actual los tres paramentos acristalados de la galería. Pero… ¿realmente estamos siendo rigurosos? No. No estamos considerando que el 90% del piso se está beneficiando por una fachada con protección extra, así que lo correcto sería optar por una de estas dos opciones:

1) Considerar la galería como una ventana de doble vidrio, ya que tenemos ventanas que ya no sirven de divisoria entre el exterior y el interior
2) Considerar la fachada tapada por la galería como la existente, y redefinir las ventanas como dobles ventanas.
3) También podríamos redefinir la fachada como un híbrido de muro-cortina y sólido. Recordemos que el CE3X es un programa de cálculo simplificado y el CTE, y nuestra interpretación objetiva del inmueble es fundamental a la hora de utilizarlo.
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En resumidas cuentas, el típico acristalamiento a posteriori debe considerarse como una fachada híbrida entre el muro cortina y el cerramiento opaco, y esto debe reflejarse en el programa CE3X. Es cierto que muchos podrían objetar que es una interpretación suigéneris de la toma de datos y que se pueden considerar las galerías como espacios cerrados no habitables, pero recordemos que el CE3X es un programa simplificado y esa definición creo que permite a la perfección dichas licencias, por otra parte, imprescindibles para sacarle todo el jugo al edificio y obtener de él la mejor calificación posible
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En rehabilitación de fachadas se hace todavía más patente dominar esa interpretación objetiva de los cerramientos para ser diestros en el dominio del programa CE3X en ese sentido. Siempre certificaremos el estado actual. Ni el pasado, ni el futuro. Así que si nos dicen “que estamos a punto de iniciar una reforma y que incorporemos al certificado las mejoras”, explicaremos que o bien realizaremos la visita DESPUÉS  de las obras, o certificaremos el piso como está incorporando la reforma como medida de mejora. No somos historiadores (aunque debamos conocer la historia del edificio) ni futurólogos (aunque conviene saber lo que se hará del edificio). Debemos trabajar la calificación energética sobre EL ESTADO ACTUAL del inmueble.

ARTÍCULO 19. Cómo dibujar el plano de una casa

Hace unos días, un compañero en este mismo blog nos explicaba su manera de realizar los levantamientos de planos de casas de dos plantas. No puedo estar más de acuerdo con su visión. Pero por supuesto, en delineación (qué palabra más aséptica) funciona a la perfección el refrán español “todo maestrillo tiene su librillo”, así que intentaré dar mi punto de vista al respecto.
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En todo dibujo, plano, croquis o incluso anotación que realice un profesional de la arquitectura debe apreciarse INTENCIÓN. La intención significa MOSTRAR a través del dibujo más allá de lo evidente. El escritor Ernst Hemingway fue el abanderado de la teoría del iceberg, es decir, un buen escritor es el que es capaz de explicar el 90% de las cosas con el 10% de palabras. Dicho de otra manera, un buen escrito funciona como un iceberg. Se muestra 1/10 del conjunto, pero el lector, a través de la lectura de esas palabras, intuye y puede deducir cuáles son las que conformaban el 9/10 restante que ha acabado en la papelera. Amigos, en cualquier dibujo ocurre lo mismo, y la mejor representación es la que no sólo informa con el mínimo de medios posibles, sino la que también aporta esa visión personal del autor. Tanto como si utilizamos el lápiz o el ratón, y por ende, algún programa para hacer planos de casas como el archiconocido Autocad, los incipientes softwares BIM (Revit) y mi favorito, el Microstation.
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Para dibujar un plano, os explicaré diez aspectos fundamentales que, desde mi punto de vista, contribuirán no solamente a que vuestros clientes tengan en su poder algo más que “el típico plano de inmobiliaria” o peor aún, “de pura tasación”, sino un documento totalmente personal que será agradable de ver. Soy consciente de que hay muchos clientes que no son conscientes de este esfuerzo, o directamente no desean saber nada de ese toque personal que convierte documentos despersonalizados en “algo más”, pero aún así, creo firmemente que nuestra labor como técnicos es la de ir siempre más allá de lo evidente.

1) Despojad del plano de toda información superflua. Fuera batiburrillos de letras, números, leyendas dentro de plantas, acotación excesiva, repetición de palabras. Es preferible confeccionar dos planos temáticos que uno con el doble de información.
2) Intentad que la información quepa en un DIN A-4. Vuestros clientes no están familiarizados con las sábanas, no con el doblaje de planos.
3) La escala ideal de representación es de 1:50. Si el dibujo no cabe en la lámina, entonces la doblamos, pero no reduzcamos la escala a 1:100
4) En todos los planos, indicado dónde está el norte. 
5) En todos los planos, dibujemos una regleta gráfica. Que se pueda medir con la vista. 
6) En todos los planos, indicad mediante un pequeño croquis qué parte de la vivienda (o edificio) se está representando. Este pequeño dibujito se llama “mosca”. 
7) Parece de Perogrullo decirlo, pero cada plano debe tener una carátula corporativa en donde se explique qué se está representando, número de plano, escala, nombre del arquitecto o empresa, etc. Los planos son tarjetas de visita, porque muchas veces se separan del documento matriz. 
8) Los planos deben ser en blanco y negro. No recurráis al color para diferenciar materiales, habitaciones, etc. Ése es un recurso fácil que estropea la visibilidad del conjunto. Recurrid al dibujo: tramas, pavimentos, etc. 
9) Las leyendas de superficies, materiales, etc. deben situarse en composición con la carátula, no estorbar en el dibujo. Si tenéis que indicar las superficies sobre el dibujo, hacedlo de la manera más discreta posible, eso sí, dentro de un círculo. 
10) Y por último, dedicad tiempo a mirar revistas de arquitectura con planos realizados antes de la irrupción del ordenador y aprended de los dibujos de los grandes maestros de la arquitectura.

ARTÍCULO 18. La definición de la envolvente térmica del edificio

Sorry, no. Éste no será un sesudo análisis matemático de cómo rellenar ciertas casillas del programa CE3X. Tampoco de cómo recurrir al Código Técnico de la Edificación (en el que está basada la programación del CE3X, por cierto) para hallar la transmitancia térmicas parcial ni total de un elemento. Para mí se tratan de labores de oficina mecánicas que solamente requieren de cierta disciplina y automatismos para llevarlas a cabo
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Lo importante de verdad es darse cuenta de que la soltura que tenemos con el programa no tiene ningún objetivo si desde el principio no nos metemos en la piel del edificio. ¿Qué quiere decir esto? Que hay que conocerlo, palparlo, radiografiarlo y estudiarlo. Y para ello la inspección visual intencionada es absolutamente clave. Mentalicémonos de una vez que no nos encontraremos en la mayoría de los casos con planos de los cuales se pueda extraer el tuétano constructivo del edificio, y que cuando se dispone de planos, la mitad de las veces son esquemas de tasación que solamente pueden servirnos para comprobar si la superficie útil del inmueble coincide con la nuestra.
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Así pues, son nuestros cinco sentidos procesados por el cerebro los que harán introducir los datos correctos en el programa CE3X para definir la envolvente térmica del edificio. En primer lugar, olvidémonos por completo de los valores por defecto. Como su nombre enseña, valores por defecto dan lugar a una certificación defectuosa. Siempre debemos enriquecer nuestra biblioteca de cerramientos con la experiencia acumulada a lo largo de las visitas. Da igual que desconozcamos la composición de una capa, o de incluso dos. Utilicemos valores medios, pero JAMÁS por defecto. Siempre conocidos, y si el porcentaje de materiales desconocidos supera el 50% del cerramiento, entonces los valores estimados (en ocasiones dan valores mejores que el cálculo exacto), pero…¡¡NUNCA POR DEFECTO!!
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Por tanto, será nuestra experiencia acumulada la que guiará nuestros dedos para la correcta utilización del programa. Sabremos que viviendas de cascos antiguos tendrán los muros con un poti-poti de materiales, que la introducción del aislamiento térmico solamente será algo normal en los años 80, que la cámara de aire es introducida en los años 70 y con escaso grosor, que la fachada ventilada experimenta un boom en la Barcelona Olímpica de 1992, y un vicio que jamás he entendido y que se arrastra hasta hace pocos años, la consideración de los muros a patios o interiores de manzana como el “muro pobre de la vivienda”, sin aislarlo igual que “la fachada noble a la calle”, como si uno saliese a la calle envuelto en un abrigo multicapa pero se hubiese dejado los pantalones en casa. También sabremos interpretar los planos de otro arquitecto y sin necesidad de recurrir a la memoria de materiales (que puede estar extraviada), deducir calculando grosores arquetípicos la composición de las fachadas (hoja ladrillo 11-14 cm, cámara aire 4 cm, aislamiento 3-5 cm, trasdós 7-11 cm, enfoscados 2,5 cm… - con las dos grandes familias de grosores totales de 15 y 30 cm); preguntaremos al propietario de la vivienda por las obras que se hayan hecho porque de ahí pueden extraerse datos claves para conocerla mejor, jugaremos al Barrio Sésamo con nuestros clientes para averiguar si un aislamiento que vieron colocar es lana de roca o espuma de poliuretano. Y, por último, tenemos que tener presente que la visita del inmueble no es el estudio de la caja habitable. Demos un paseo por el edificio, toquemos la fachada, golpeemos algún paramento, miremos lo que hay construido alrededor, recurramos a nuestro banco de memoria del barrio y recordemos visitas anteriores al distrito…
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Y, sobre todo, seamos creativos sin jugarnos la vida. Lleguemos a donde podamos llegar para medir los elementos. Si hemos de averiguar el grosor de una fachada exterior no accesible (medianeras al aire libre), hay un truco que funciona: medir la distancia de la ventana al paramento interior (dentro de la habitación), y hacer lo propio, pero por el exterior, rigidizando la cinta métrica. Lo mismo para averiguar si un ático tiene encima una cubierta sanitaria o no. Subid a la azotea y constatad cuál es el nivel del suelo, y de vuelta al piso, calculad. Y así con las mil situaciones que se os puedan presentar. No juguéis a Spiderman. Casi todo se puede medir en condiciones normales, utilizando la cabeza.
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El trabajo con el programa CE3X solamente debería ser la culminación de todo el estudio anterior, y no al revés.

ARTICULO 17. Dónde descargar CE3X

Ya hace dos años y cinco meses que se aprobó el RD 235/2013, tiempo suficiente para plantearse un balance de los programas de certificación energética más utilizados en la elaboración de los informes: el CE3X. En Cataluña, según datos del ICAEN (Institut Català de l’Energia), un 90% de los trabajos de este tipo que se tramitan provienen del CE3X como herramienta principal.
En estos momentos en los que redacto estas líneas, es la versión 1.3 del CE3X la única válida para trabajar. Se puede descargar gratuitamente en el link

y seguramente pasará a la historia en breve, ya que la v 1.4 se halla en periodo de pruebas, como las películas de cine ya acabadas que son pasto de los pases privados antes de ser proyectadas en las pantallas grandes. No es baladí este sistema: aún recuerdo con cierto cariño los bugs que presentaba el programa en su versión 1.1, cuya resolución implicaba una alta dosis de paciencia, metodología de ensayo-error, mucha previsión a la hora de realizar copias de seguridad y consultas continuadas a foros especializados. Y, como anécdota curiosa, la versión 1.2 nunca llegó a existir oficialmente, así que no la busquen en los panteones de la web del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Algo parecido les sonará si son buenos aficionados a la música rock: los Travelling Willburys – supergrupo liderado por Bob Dylan, Tom Petty, George Harrison, Jeff Lynne y Roy Orbison) titularon su primer LP “Vol. 1”, y el segundo “Vol. 3”. Curioso, ¿no?

Actualmente, la versión 1.3 del CE3X ya no presenta problemas informáticos y, aunque seguramente cada uno de nosotros tiene dentro un programador que le susurra al oído “este menú de opciones lo habría maquetado mejor”, o “me faltan opciones en la generación de capas de materiales” (o lo que ustedes deseen), también es cierto que el programa estrella de certificación energética da cancha a la creatividad de cada uno a la hora de evaluar situaciones que se salen fuera de los menús normales del software. Así pues, una ventana de patio interior que da a una claraboya cenital, podría considerarse como “doble ventana”; o una fachada siempre oscura de patinejo de luces podría ser definida como fachada Norte, a pesar de que su orientación sea otra. Solamente debemos ir con cautela cuando nos encargan algún certificado energético y el porcentaje destinado a huecos de la fachada es muy elevado con respecto a lo sólido (muros cortina, edificios mirador, etc.). Quizá entonces sea más adecuado recurrir al CE3, porque el CE3X, al ser un método simplificado de cálculo (todos los datos son reducidos a un burdo cubo con un hueco en una de sus caras), no contempla la singularidad de edificios transparentes.
Un último consejo: Ir solamente a la web oficial del Ministerio de Industria, Energía y Turismo para descargar el programa, y evitar realizar dicha operación por otros medios. Nunca se sabe si una determinada página privada puede contener un malware que no solamente ponga en jaque la seguridad de nuestro equipo, sino que infecte todo nuestro trabajo de golpe.

ARTÍCULO 16. Cuarenta consejos para realizar certificaciones energéticas


Me gustan las listas clasificatorias. Tengo predilección por ellas en todos los ámbitos de mi vida. La certificación energética es uno de ellos, y como bien dice el autor Sergio Fernández en su libro “Vivir sin jefe”, escribir la carta a los Reyes Magos bien vale la pena, no una, sino varias veces al año. Y qué mejor que dedicarla a nuestra actividad profesional.

1.    Presta tanta atención al trato al cliente como a la parte técnica del trabajo
2.    Prevé las situaciones de saturación de trabajo
3.    Lleva al día tu cuadro de mandos (encargos, pagos pendientes, IVA, IRPF…)
4.    Lleva al día tu agenda.
5.    Sé capaz de programar citas sin agenda a una semana vista.
6.    Lleva al día tu agenda de teléfonos. Conocer quién te llama de antemano te da tiempo para planear estrategias comerciales.
7.    No tengas miedo a equivocarte.
8.    No tengas reparos en reconocer cuando te equivocas.
9.    Prepara las visitas el día anterior a las mismas.
10.  Sé puntual.
11.  Aprovecha el tiempo de desplazamiento.
12.  Aprende a hablar sin miedo.
13.  No te conformes con lo que sabes, aprende más.
14.  Emplea métodos publicitarios a coste cero o mínimo.
15.  Forja a lo largo de tu trayectoria una marca personal intransferible.
16.  Presta especial atención a tu comunicación por escrito.
17.  Acepta los encargos y luego mira a ver cómo los resuelves, nunca al revés.
18.  No pienses en que los demás trabajan de una manera, hazlo tú a la tuya.
19.  Haz de tus visitas un rato agradable para el cliente.
20.  No utilices más de dos decimales en los cálculos.
21.  Escarba, hurga, mete la mano en agujeros, destripa los edificios.
22.  No dejes de visitar una parte del edificio por pereza. El aprobado es insuficiente.
23.  Cada cliente es un planeta. No los hagas colisionar.
24.  No te tomes como algo personal un rechazo de tus servicios.
25.  No vaciles a la hora de poner tus precios.
26.  Apréndete de memoria tus precios.
27.  Es mejor equivocarse y presupuestar a la baja, que presupuestar bien con un tono vacilante de voz
28.  La teoría del 20%-80% funciona también para las certificaciones energéticas. El 20% del trabajo consigue el 80% de los resultados.
29.  Sé consciente de que tienes un trabajo en donde no paras de moverte.
30.  Realiza alguna visita comercial adicional paralela a tu visita principal.
31.  Realiza alguna visita paralela en tu destino para aprender.
32.  Dale vida a tus trabajos. Que no parezcan un papel más.
33.  Está de moda eso de salir de la zona de confort. Hazlo. Acepta encargos que nunca hayas hecho antes.
34.  Aprende mientras trabajas.
35.  Mentalízate de que, de vez en cuando, vas a sufrir con algún cliente.
36.  Mentalízate de que, de vez en cuando, vas a sufrir con algún encargo.
37.  Mentalízate de que, de vez en cuando, vas a sufrir con algún problema burocrático.
38.  Acepta encargos urgentes sin vacilación.
39.  La palabra “NO” debe excluirse de tu vocabulario.
40.  Elabora tu propia lista de consejos.

ARTÍCULO 15. La optimización del tiempo en la certificación energética



Muchas veces pensamos que el día debería tener 28 horas. Y no es para menos. Hay periodos en los cuales podemos recibir un buen pico de trabajo y debemos estar preparados para ello, no solamente desde el punto de vista técnico, sino psicológico. Estoy convencido de que la mitad -  e igual me quedo corto – del trabajo profesional del día a día debe dedicarse a gestionar, preparar o sembrar precisamente la otra mitad del tiempo de trabajo. Es decir, control de llamadas, reuniones, visitas comerciales, planificación de estrategias, etc. Aparentemente es tiempo no remunerado, pero a la larga los escépticos (te confieso que yo también lo fui en su momento) se convencen de lo contrario. Tener la situación bajo control es uno de los placeres más grandes que tiene el autónomo o director de una empresa.
Tenemos que aprovechar nuestro tiempo de la manera más eficaz. Imagínate una situación sencilla, que denominaremos ESCENARIO I. Tenemos que desplazarnos en metro hacia el otro extremo de la ciudad para realizar una visita de certificación energética y cédula de habitabilidad. Aparte de la hora u hora y media de visita propiamente dicha, tenemos otra hora y media que pasaremos viajando por los túneles que surcan las entrañas de nuestra ciudad. Nadie te impide leerte un par de cuentos de Edgar Allan Poe durante cada trayecto, o mirar los últimos cotilleos deportivos en tu móvil interneteado. Pero en esa hora y media podrías adelantar parte de ese trabajo de gestión que es posible realizar sin tener ordenador delante, simplemente con tu agenda a mano. Planificar tareas, citas, ordenar la agenda de teléfonos del móvil (yo necesito saber quién me llama en cada momento antes de descolgar), poner al día la contabilidad, buscar cursos de reciclaje profesional en webs especializadas o de tu colegio profesional, realizar labores de community manager con tus perfiles profesionales de LinkedIn o Facebook, escribir borradores de artículos o posts para tu blog o espacio web…
Ahora pasemos al ESCENARIO II. Se trata de una visita similar, pero a una treintena de kilómetros de tu puesto base. Si utilizas el tren o autobús para el desplazamiento, sirve lo apuntado para el ESCENARIO I, pero si te diriges hacia tu destino en coche, evidentemente la cosa cambia. Y aquí me atrevo a dar un consejo que puede que haga tirarse de los pelos a más de uno. Nada de manos libres en el coche para contestar llamadas mientras conduces. Cuando se conduce, el móvil no existe. Solamente estáis tu vehículo y tú, y la radio o música que puedas poner. Por ello, recomiendo salir con suficiente antelación de tu campamento base para llegar un cuarto o media hora antes a tu destino y emplear ese tiempo, no en presentarte antes de la hora en el domicilio de tu cliente (un error comparable al de llegar tarde bajo mi punto de vista), sino en realizar gestiones-escoba. Llamadas no contestadas, comprobación del Email, anotación de algún recado que llevarás a cabo en tu despacho, etc. Quince minutos antes de la visita y quince minutos después puede ser suficiente, el tiempo necesario para desconectar antes y después de la toma de datos y entrar en modo carretera de manera más paulatina y oxigenada.
En el ESCENARIO III, no nos dirigiremos a la vivienda a certificar en transporte rodado, sino caminando. Pero ese detalle no cambia nuestra estrategia. Esos quince minutos de propina antes y después de las visitas puedes aposentarte en un parque, plaza pública o incluso en un bar (reconoce que muchas veces no te da tiempo a desayunar), organizando tu tiempo y tus labores de los próximos días. Si vas a realizar algunas llamadas pendientes, entonces no te recomiendo el bar, sino la quietud del parque o de la plaza. El ruido de piscolabis o de los coches hace muy difícil seguir conversaciones, y podría ser un hándicap serio si encima estás negociando un buen encargo.
En resumen: el tiempo de visitas no debe ser sólo tiempo de visita, sino de gestión y adelanto de otras labores igual de importantes. Valora especialmente las horas que pasas en el transporte público, hazte a la idea de que tu coche es, además de tu amigo, tu oficina rodante; y considera los parques y las plazas como los lugares más adecuados para llamar por teléfono desde la calle. Y, por qué no, aprovecha que te mueves por tantos sitios durante las semanas para disfrutar de los viajes en sí y para conocer ciudades o pueblos nuevos. Incluso podrías convertir en costumbre realizar visitas culturales o arquitectónicas una vez a la semana, fuera del agobio de los sábados y los domingos. Piensa en cuánta gente está deseando tener ese trabajo tan alejado de la rutina.