En un artículo anterior apunté lo
importante que era la inspección visual para suplir la falta de información
gráfica o escrita sobre el inmueble visitado. Y un buen porcentaje de la
calificación energética que da el programa CE3X proviene de la composición de
los cerramientos, así como de la naturaleza de las instalaciones. Centrémonos
en los primeros.
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Me imagino que a estas alturas,
todos conoceremos la historia constructiva de la arquitectura para intuir y
dilucidar con solamente un vistazo al edificio cuáles son los materiales que
componen las fachadas. Y – evidentemente – también hablo del relleno del sandwitch, que casi nunca se ve, salvo
desconchones puntuales, cajas de persianas manipulables con la venia del
propietario, o registros de instalaciones mal acabados. Como ya comenté en otra
ocasión, ese ABC constructivo es el mínimo que se le supone a todo profesional
de la arquitectura. Pero vayamos más allá.
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Supongamos que visitamos un
inmueble con una galería, ese delicioso espacio acristalado ideal para gozar de
un microclima cálido en las frías mañanas de invierno. Sin necesidad de
preguntar – solamente observando -, averiguamos que el cerramiento de la
terraza fue posterior a la obra inicial, caso típico en muchas viviendas del
Ensanche barcelonés. Recordamos que nosotros debemos certificar lo que vemos en
la actualidad, y así hacemos constar que la superficie útil del piso incluye la
galería, aunque el dato no coincida con el de una tasación anterior al
cerramiento de aluminio del antiguo balcón. Observamos también que la fachada
original de 30 cm de grueso y sus ventanas quedan ahora cubiertas, sin esa
función protectora, y consideramos como fachada actual los tres paramentos
acristalados de la galería. Pero… ¿realmente estamos siendo rigurosos? No. No
estamos considerando que el 90% del piso se está beneficiando por una fachada
con protección extra, así que lo correcto sería optar por una de estas dos
opciones:
1) Considerar la galería como una ventana de doble vidrio, ya que tenemos ventanas que ya no sirven de divisoria entre el exterior y el interior
2) Considerar la fachada tapada por la galería como la existente, y redefinir las ventanas como dobles ventanas.
3) También podríamos redefinir la fachada como un híbrido de muro-cortina y sólido. Recordemos que el CE3X es un programa de cálculo simplificado y el CTE, y nuestra interpretación objetiva del inmueble es fundamental a la hora de utilizarlo.
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1) Considerar la galería como una ventana de doble vidrio, ya que tenemos ventanas que ya no sirven de divisoria entre el exterior y el interior
2) Considerar la fachada tapada por la galería como la existente, y redefinir las ventanas como dobles ventanas.
3) También podríamos redefinir la fachada como un híbrido de muro-cortina y sólido. Recordemos que el CE3X es un programa de cálculo simplificado y el CTE, y nuestra interpretación objetiva del inmueble es fundamental a la hora de utilizarlo.
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En resumidas cuentas, el típico
acristalamiento a posteriori debe considerarse como una fachada híbrida entre
el muro cortina y el cerramiento opaco, y esto debe reflejarse en el programa
CE3X. Es cierto que muchos podrían objetar que es una interpretación suigéneris
de la toma de datos y que se pueden considerar las galerías como espacios
cerrados no habitables, pero recordemos que el CE3X es un programa simplificado
y esa definición creo que permite a la perfección dichas licencias, por otra
parte, imprescindibles para sacarle todo el jugo al edificio y obtener de él la
mejor calificación posible
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En rehabilitación de fachadas se
hace todavía más patente dominar esa interpretación objetiva de los
cerramientos para ser diestros en el dominio del programa CE3X en ese sentido.
Siempre certificaremos el estado actual. Ni el pasado, ni el futuro. Así que si
nos dicen “que estamos a punto de iniciar una reforma y que incorporemos al
certificado las mejoras”, explicaremos que o bien realizaremos la visita
DESPUÉS de las obras, o certificaremos
el piso como está incorporando la reforma como medida de mejora. No somos
historiadores (aunque debamos conocer la historia del edificio) ni futurólogos
(aunque conviene saber lo que se hará del edificio). Debemos trabajar la
calificación energética sobre EL ESTADO ACTUAL del inmueble.
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