He leído en multitud de
ocasiones que la labor como certificador energético no es adecuada para la
fidelización del cliente, ya que se contratan este tipo de trabajos para
solamente una vivienda, y cuando el documento ha sido entregado, es imposible
que el mismo cliente vuelva a tener la necesidad del mismo servicio.
Sin ánimo de polemizar,
esta afirmación tan extendida es absolutamente falsa y denota una escasa
capacidad de análisis de quienes la formulan. Preguntemos a los comerciales con
experiencia: si puede ser, que hayan chupado mucha puerta fría, que es lo que
más endurece a un vendedor. Nos enseñarán lo que es la venta cruzada. En
nuestro caso, si nos llaman para realizar el certificado energético de una
vivienda, no desaprovechemos la oportunidad y preguntemos al posible cliente si
tiene en regla la cédula habitabilidad del piso en cuestión. En muchísimas
ocasiones – y lo digo por experiencia -, no es así y con ese servicio (la
cédula de habitabilidad es obligatoria en Cataluña como el certificado
energético si se quiere vender o alquiler un inmueble) complementamos al
anterior aprovechando la misma visita de toma de datos. Eso por un lado.
Supongamos que ya hemos
pactado en encargo. Nos hallamos en plena visita de toma de datos y – como de
nuevo me ha pasado muchas veces – el propietario se interesa por el croquis de
la vivienda que estamos realizando porque no dispone de plano acotado. Aprovechamos
para informarle de que también nos dedicamos al levantamiento de planos a
escala, acotados y superficiados, y que un plano del piso es fantástico para
incluirlo en los anuncios de inmobiliaria o por Internet, junto con unas
perspectivas resultona en tres dimensiones en cuya realización ¡también estamos
especializados! Porque a los futuros clientes les atraen los pisos por las buenas
perspectivas, le diremos. O si tenemos conocimientos de fotografía, les haremos
un buen reportaje que entre por los ojos. ¿Van captando la idea?
Supongamos que un antiguo
cliente nos llama – ¡y ocurre en muchas ocasiones! – para consultarnos una duda
sobre la compraventa o alquiler del mismo piso que le hemos certificado
(trámites transversales necesarios, documentos para notarios, etc.), y descubrimos
que la comunidad de propietarios de dicho cliente desea acometer el proyecto de
reforma de la fachada para aprovechar las subvenciones para rehabilitación
energética del Gobierno Español. ¿A qué esperamos para ofrecernos? Hemos visitado
ya el inmueble y tenemos ganado al cliente por nuestro buen trabajo anterior. Por
no hablar de los clientes que tienen no una, sino dos o incluso más viviendas,
y si han quedado contentas con nuestro primer trabajo, nos llamarán en el caso
de una segunda, tercera o x certificación. Créanme, si encima somos de los que
trabajamos mucho en un barrio en concreto, el boca a boca es uno de nuestros
mejores aliados.
Creo que va siendo hora
de que nos replanteemos eso de que no existe la fidelización del cliente, ¿no?
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