domingo, 27 de diciembre de 2015

ARTÍCULO 20. Cómo afectan los cerramientos a la certificación energética

En un artículo anterior apunté lo importante que era la inspección visual para suplir la falta de información gráfica o escrita sobre el inmueble visitado. Y un buen porcentaje de la calificación energética que da el programa CE3X proviene de la composición de los cerramientos, así como de la naturaleza de las instalaciones. Centrémonos en los primeros.
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Me imagino que a estas alturas, todos conoceremos la historia constructiva de la arquitectura para intuir y dilucidar con solamente un vistazo al edificio cuáles son los materiales que componen las fachadas. Y – evidentemente – también hablo del relleno del sandwitch, que casi nunca se ve, salvo desconchones puntuales, cajas de persianas manipulables con la venia del propietario, o registros de instalaciones mal acabados. Como ya comenté en otra ocasión, ese ABC constructivo es el mínimo que se le supone a todo profesional de la arquitectura. Pero vayamos más allá.
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Supongamos que visitamos un inmueble con una galería, ese delicioso espacio acristalado ideal para gozar de un microclima cálido en las frías mañanas de invierno. Sin necesidad de preguntar – solamente observando -, averiguamos que el cerramiento de la terraza fue posterior a la obra inicial, caso típico en muchas viviendas del Ensanche barcelonés. Recordamos que nosotros debemos certificar lo que vemos en la actualidad, y así hacemos constar que la superficie útil del piso incluye la galería, aunque el dato no coincida con el de una tasación anterior al cerramiento de aluminio del antiguo balcón. Observamos también que la fachada original de 30 cm de grueso y sus ventanas quedan ahora cubiertas, sin esa función protectora, y consideramos como fachada actual los tres paramentos acristalados de la galería. Pero… ¿realmente estamos siendo rigurosos? No. No estamos considerando que el 90% del piso se está beneficiando por una fachada con protección extra, así que lo correcto sería optar por una de estas dos opciones:

1) Considerar la galería como una ventana de doble vidrio, ya que tenemos ventanas que ya no sirven de divisoria entre el exterior y el interior
2) Considerar la fachada tapada por la galería como la existente, y redefinir las ventanas como dobles ventanas.
3) También podríamos redefinir la fachada como un híbrido de muro-cortina y sólido. Recordemos que el CE3X es un programa de cálculo simplificado y el CTE, y nuestra interpretación objetiva del inmueble es fundamental a la hora de utilizarlo.
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En resumidas cuentas, el típico acristalamiento a posteriori debe considerarse como una fachada híbrida entre el muro cortina y el cerramiento opaco, y esto debe reflejarse en el programa CE3X. Es cierto que muchos podrían objetar que es una interpretación suigéneris de la toma de datos y que se pueden considerar las galerías como espacios cerrados no habitables, pero recordemos que el CE3X es un programa simplificado y esa definición creo que permite a la perfección dichas licencias, por otra parte, imprescindibles para sacarle todo el jugo al edificio y obtener de él la mejor calificación posible
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En rehabilitación de fachadas se hace todavía más patente dominar esa interpretación objetiva de los cerramientos para ser diestros en el dominio del programa CE3X en ese sentido. Siempre certificaremos el estado actual. Ni el pasado, ni el futuro. Así que si nos dicen “que estamos a punto de iniciar una reforma y que incorporemos al certificado las mejoras”, explicaremos que o bien realizaremos la visita DESPUÉS  de las obras, o certificaremos el piso como está incorporando la reforma como medida de mejora. No somos historiadores (aunque debamos conocer la historia del edificio) ni futurólogos (aunque conviene saber lo que se hará del edificio). Debemos trabajar la calificación energética sobre EL ESTADO ACTUAL del inmueble.

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