Un chaparrón de despedida del verano no es excusa para retrasarse en la hora pactada con los clientes. Llegar en punto es lo deseable, aunque sea al estilo "Breakfast at Tiffanys" con el pelo goteando las aguas recogidas por la lluvia. Siempre habrá tiempo de sobra para secarse después en calma, con el trabajo ya realizado.
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