domingo, 27 de diciembre de 2015

ARTÍCULO 11. La publicidad en la certificación energética



Somos personas-anuncio. Las 24 horas del día, los 365 días del año.
Haz la cuenta de cuánto tiempo pasas en la calle, en el coche o en el transporte público, de camino o de vuelta de las visitas; y durante las mismas. Y no digamos buscando clientes nuevos. ¿Por qué no utilizar esas horas para algo más que desplazarse, ordenar agendas en el metro o bus, o simplemente hacer de Community Manager posteando tus bondades en el LinkedIn o Facebook? Tras cerca de dos años y medio inmerso en la actividad de certificador energético, puedo proponerte tres sistemas muy sencillos para publicitarte sin mover un dedo más de lo necesario, es decir, sin recurrir al buzoneo, repartir flyers o similares, que exigirían anular todas tus demás actividades.

1)      Utiliza tu maletín, carpeta de documentos o portafolio como anuncio. Yo siempre acostumbro a ir a mis visitas con una carpeta corporativa a la vista, en la que se lea muy bien la palabra “CERTIFICACIÓN ENERGÉTICA” y “ARQUITECTO”. Piensa en los kilómetros que recorres durante el año con el fin de dirigirte a los pisos a certificar. Aprovéchalos, aparte de para hacer ejercicio. Y no bajes la guardia al entrar en los portales, y mucho menos, al meterte en un ascensor con más gente. No sabéis en qué lugares más curiosos se pueden cerrar tratos. Si quieres parar a tomar algún refrigerio, hazlo en un sitio lleno de gente hasta los topes con las carpetas a la vista.

2)      En ocasiones, es necesario el vehículo privado para los desplazamientos a los pisos a certificar. No descartes convertirlo en coche-anuncio instalando (por ejemplo) dos vinilos corporativos en las puertas. O pegatinas en la luna trasera. Y mientras el coche está aparcado, seguirá trabajando para promocionar tus servicios. Por supuesto, trata de tener el vehículo lo más limpio posible. En este sentido, cuando debemos aparcar en la calle, el coche es una prolongación de la imagen de la empresa. Imagínate si tienes la suerte de dejarlo delante de una inmobiliaria y el coche parece recién salido del París-Dakkar…

3)      Hablando de coches… ¿verdad que cuando lo llevas a tu taller, los empleados llevan vestimenta corporativa, con los datos esenciales para contactar con ellos? Es decir, web, teléfono y logotipo. ¿A que cuando los ves durante la hora de comer charlando animadamente en la cafetería de la esquina, sigues identificándolos con la empresa para la cual trabajan y piensas, “qué bien se lo pasan, les encanta su trabajo”? Una vez – y la vida está llena de casualidades – me encontré en un barrio de Barcelona a diez kilómetros de distancia de mi domicilio con un trabajador de una empresa de reformas que tiene la tienda a cincuenta metros de casa. Lo reconocí por la camiseta de la empresa. En el trabajo de certificador energético, tal vez no sea lo más adecuado ir con camisetas corporativas a las visitas (o sí, nunca conviene generalizar, estudia a los clientes – esto daría para otro post -), pero sí pensar en algún complemento (pin, corbatas, camisas a juego) que recuerden a nuestra empresa, aunque sea en el color. Y con esto te doy otra pista: las camisetas que te pones en tu tiempo libre, tanto si vas a la playa como si participas en una competición deportiva, podrían patrocinar tu propia marca.
Por supuesto, se te ocurrirán muchos sistemas más sin recurrir al tarjeteo pesado e incesante, sistemas proactivos que no molesten al observador casual. Da igual lo raros que te parezcan. Pruébalos.

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